Por norma general nunca subo a los coches de borrachos, desconocidos o ambos. Cuando vivía con mis padres y no tenía el carnet mi padre era el que siempre venía a recogerme per a que no pugés al cotxe de cap desgraciat y ahora que vivo en Barcelona cuando salgo vuelvo a mi hogar como puedo en metro.
PERO algunas veces este concepto tan inculcado y aferrado a mi corteza cerebral -Maria podria pasar-te qualsevol cosa- me lo he pasado por la torera y he subido a coches de borrachos, desconocidos y ambos. (También de desgraciados)
Cuando vivía cerca del Apolo una noche conocimos a unos
Otra de estas hazañas sucedió en Londres. Estar en Londres borracha y al lado de una persona como Alicia es igual a catástrofe. No digo que Alicia sea un desastre, para nada, es encantadora; pero Alicia cuando bebe hace que pasen cosas raras a su alrededor. Aquella noche me acuerdo que también estaban Álvaro y Beatriz y un koreano que no paraba de hablar del dinero que tenía su padre como si eso fuera a gustarme.
Alicia empezó a hablar con un tío y de repente nos dijó que nos acabaramos la bebida rápido porque el tío nos llevaba a Fabric. Y un taxi en Londres es carísimo...así que si te puedes ahorrar unos pounds mejor nena. Así que "SANT HILARI SANT HILARI FILL DE PUTA QUI NO SE L'ACABI", dejamos al koreano con sus riquezas y nos fuimos con el nuevo borracho desconocido de Alicia a Fabric.
Empezó a transformarse el alcohol a acetealdehído a dolerme la cabeza y suddenly vi a hombres vestidos de blanco manchados de sangre en plan Funny Games (que peli tan mala por dios).
A medida que el coche iba avanzando cada
vez veía a más hombres vestidos de blanco y manchados de sangre. Fueron de los momentos más bizarros de mi vida. No tenía miedo porque estaba muy borracha pero me vinieron las siguientes ideas a la cabeza:
1.- el tío nos llevaba a un sitio donde iban a matarnos.
2.- el sitio estaba mal iluminado y era viejo en plan fachada de campo de concentración.
3.- no podía llamar a nadie para despedirme porque dejé el móvil en casa para no llamar a Ben borracha.
2.- el sitio estaba mal iluminado y era viejo en plan fachada de campo de concentración.
3.- no podía llamar a nadie para despedirme porque dejé el móvil en casa para no llamar a Ben borracha.
4.- que si salía sana y salva de esta nunca más volvería a hacer caso a Alicia. (cosa que no cumplí)
Finalmente Alvaro gritó: PERO SI ESTAMOS EN UN MATADERO! Y efectivamente estabamos allí, pero, tranquis, resulta que FABRIC ESTÁ ENFRENTE DE UN MATADERO! Los pobres hombres vestidos de blanco no eran más que simples currantes!! Que susto!! Enseguida vimos la cola y empezamos a esuchcar el típio ruido que se escucha cuando estás fuera de una discoteca.
Fabric no me gustó, yo soy más de salir por KOKO y por el Shoreditch.
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